Los viajes y los sentidos 

Los viajes y los sentidos

Los viajes y los sentidos 

Los viajes y los sentidos

Cuando salgo de viaje me gusta tomar fotos, pues siento que plasman emociones y sentimientos que me rodearon en ese momento, de igual forma al hacer cada viaje pongo cada sentido como si fuera mi mochila, mi suéter y tenis favoritos con los que viviré las más increíbles aventuras.  

Un viaje consciente    

Quizá, cuando hablamos de viajes y los sentidos, de inmediato podrían recordar a los Beatles y canciones como: Lucy in the sky With Diamonds (Lucia en el cielo con diamentes); Yellow Submarine (submarino amarillo) y Day Tripper (excursionista) ya que estos hacen referencia a viajes alucinógenos, pero este no es el caso, ya que como diría mi maestra -no es necesario tomar alcohol o droga para hacer una fiesta…- y en esta ocasión, quiero transmitirles lo valioso de vivir los viajes explotando nuestros sentidos

Los sentidos y los viajes, ventanas de mis recuerdos 

Creo definitivamente que los sentidos son la pizca que le da sabor a la vida, ya que, sin ellos, no podríamos deleitar nuestras vivencias. Dirían los expertos que contamos con cinco de ellos: La vista, el oído, el olfato, el tacto y el gusto.  

La vista  

Nubes esponjosas y otras delgadas, que nuestras madres nos decían que eran unos borregos pero después supimos que se llamaban cumulus, otras que se llaman cirrus que son delgadas y que se van difuminando como pinceladas en un óleo, cielos azules como los mares, líneas amarillas cortas, largas y otras dobles, que nos recuerdan que no podemos rebasar, “la vista es como un niño juguetón que no se está tranquilo, quiere ver todo”.  

Los que gozamos de este sentido tan hermoso podemos ver los colores, la magnitud de los campos, de los árboles, pero cabe señalar que debes poner mucha atención y no perderte de ningún detalle, en este sentido las fotos nos pueden ayudar. 

El oído  

Es espectacular que en los viajes realices la siguiente dinámica y cierres tus ojos, escuches el silencio o el aire que roza entre los árboles o los pájaros, el crujir de la hojarasca o del pasto al pisarlo, esto te ayudará a afinar tu sentido, a tener mayor control de tu cuerpo y conseguir el equilibrio, solo déjate llevar y tu oído te guiará. 

El olfato  

Los bosques son el mejor ejemplo para hablar del olfato, ya que a cada paso que des el olfato se activará, pronunciando y amplificando los perfumes naturales y fragancias únicas e irrepetibles.   

Según la Real Academia Española (RAE): “La sinestesia se produce en un lugar de nuestro cuerpo a consecuencia de un estímulo aplicado en otro”, lo que quiere decir, es que, con el olfato, podemos regresar al pasado.  

A quien no le ha pasado que al entrar a una cocina de pueblo con ollas de barro y mesas de madera, recordamos por el aroma a nuestros abuelos o a nuestra infancia, esto es sinestesia. 

El tacto 

¿Quién en un viaje a la playa lo primero que hace es tocar la arena o el agua del mar? por lo menos yo sí, y si no lo hago con las manos uso los pies o el cuerpo por completo.  

Este sentido es el más amplio ya que tiene miles de terminales nerviosas que nos permiten reconocer cada textura. En los viajes podemos tocar las cortezas de los árboles, un gusano viscoso, sentir el hielo, lo caliente, lo liso, lo plisado, etcétera.  

Este sentido es y solo puede ser maniobrado por el cuerpo, si no, no tiene valor, este sentido debe ser palpado. 

El gusto  

Cada vez que uno sale de viaje es el sentido que buscamos con anhelo porque de él depende que el viaje sea un éxito, por ejemplo, una visita a Yecapixtla donde nos ofrecen un taquito de cecina con su respectivo limón, aguacate y una salsa que ¡ay caray! si que nos hace llorar.  

Quien no ha probado un mezcal o sotol de víbora de cascabel con un grado de veneno con sal negra, que al pasarlo por la garganta pareciera que nos quema el alma… 

Los viajes son importantes para conectar con nosotros y nuestros sentidos, viaja y vive cada sensación, no reprimas tus sentidos. 

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