Una de las condiciones más importantes que comprometen a la salud de los trabajadores es el estrés laboral, que desde el Año 2000, ha sido declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un elemento de riesgo laboral que puede llegar a afectar la calidad de vida, la salud mental e incluso poner en riesgo la vida de quien lo padece.
Estrés laboral puede llegar a afectar la calidad de vida
Aproximadamente 20% de las consultas realizadas por los colaboradores de las empresas en la plataforma de 1DOC3 son relacionadas con algún tipo de trastorno de ansiedad o síntomas psicosomáticos ocasionados por estrés. Las consultas que crecieron casi 4 veces en el último año son sobre:
- Problemas de tensión física o mental relacionados con el trabajo.
- Otros trastornos de ansiedad especificados.
- Problemas relacionados con otros hechos estresantes que afectan a la familia y al hogar.
- Trastorno mixto de ansiedad y depresión.
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La Dra. Lina Porras Santana, Directora de Salud en 1DOC3, señaló al respecto para Revista Estilos: Cuando se presenta una constante exposición al estrés de manera intensa y prolongada, en la mayoría de los casos, los trabajadores no cuentan con oportunidades para liberar dicha tensión, por lo tanto, no cuentan con el tiempo o los medios para poder recuperarse, lo que se traduce en que, de manera eventual y a mediano o largo plazo, comiencen a aparecer desórdenes a nivel mental, físico o incluso causar alteraciones o cambios al sistema inmune, lo cual genera consecuencias como la presencia de enfermedades, ausentismo o incapacidad laboral.
Riesgos que reducen la salud
De acuerdo con la OMS existen algunos riesgos que reducen la salud e inciden en la enfermedad, los cuales pueden expresarse en trastornos como la depresión, factores como la hipertensión o presión arterial alta, alteraciones metabólicas, desórdenes músculo esqueléticos o incluso el uso o abuso de alcohol u otras sustancias.
Porras puntualizó al respecto, que un individuo que presente este tipo de estrés, dependiendo de su severidad, puede llegar a realizar sus actividades de manera deficiente, ser inoperante en sus funciones, tener un mayor promedio de ausentismo e incluso, poner en riesgo su seguridad y la de otros colaboradores.
Cuando se presentan sobrecargas, el estrés comienza a manifestarse, siendo la principal respuesta de las personas ante las presiones y demandas laborales y que, en muchas ocasiones, puede acentuarse por distintos factores que se encuentran dentro del ambiente laboral, de los cuales la OMS considera desde 2020 como los principales:
- Mala organización en el trabajo.
- Mal diseño del trabajo.
- Mala gestión.
- Trabajo insatisfactorio.
- Condiciones y falta de apoyo de colegas y supervisores.
Si bien estos factores pueden tener una influencia significativa en los colaboradores y dar pauta a la presencia de condiciones de estrés, también tienen la capacidad de poder modificarse o de lograr gestionarse de manera adecuada por parte de las organizaciones, implementando estrategias que permitan mejorar las condiciones, organización y la gestión de las actividades laborales.
¿Cómo se refleja el estrés laboral en las personas?
El estrés puede estar presente en los individuos de distintas maneras, desde presentarse como un estrés positivo, que nos ayude a hacer frente a los retos que se nos presentan, siendo parte importante y un motor para incrementar nuestras capacidades y la realización de las tareas, sin embargo, cuando este estrés deja de tener un papel motivante, puede llegar a convertirse en una consecuencia negativa que afecte a los individuos y que puede comenzar a ser perjudicial cuando no se gestiona de la manera correcta, logrando desarrollarse como un proceso de estrés agudo y que, en la medida en que las condiciones se mantengan poco favorables, puede complejizarse hasta representar una condición crónica que comprometa la salud de los individuos.
Debido a lo anterior, cuando el estrés provocado por el trabajo representa una afectación significativa en los colaboradores, este puede comenzar a manifestarse a través de distintas reacciones que se presentan por la incompatibilidad entre los conocimientos o experiencias de los trabajadores y las exigencias de su actividad laboral, entre estas reacciones, la OMS considera:
- Respuestas fisiológicas: aumento en el ritmo cardiaco o de la presión arterial, hiperventilación, etc.
- Respuestas emocionales: sentirse nervioso o irritado
- Respuestas cognitivas: problemas o dificultades de memoria o atención
- Reacciones conductuales: conductas agresivas o impulsivas, aumento en la cantidad de errores al realizar una tarea.