Estambul es una ciudad fascinante. Es el puente entre Europa y Asia y una de las pocas ubicadas entre dos mares, el mar de Mármara y el mar Negro. Es cuna de importantes civilizaciones y una visita obligada para los viajeros del mundo.
Sus calles están llenas de historia, que se refleja a través de sus imponentes construcciones, palacios y mezquitas. En sus mercados, cafés y tiendas se pueden encontrar verdaderos tesoros.
Planea tu visita a Estambul
Para viajar a Turquía, además de pasaporte vigente con seis meses mínimos de vigencia, se requiere tramitar una visa, que se puede solicitar fácilmente vía electrónica.
Una vez cumplidos los requisitos es momento de preparar maletas. Estambul es una ciudad mayoritariamente musulmana que tiene códigos de vestimenta regidos por el islam, pero gracias a la gran cantidad de turistas que la visitan, suele ser bastante flexible con los visitantes, aunque los locales aprecian la modestia y la sencillez, sobre todo de las mujeres.
Las mezquitas son algunos de los sitios más visitados. La mayoría de estos centros religiosos se encuentran activos, por lo que es necesario cumplir con ciertas reglas para entrar.
Las mujeres deben cubrirse cabeza, pecho, hombros, piernas, rodillas y pantorrillas. Los hombres, por su parte, no deben usar pantalones cortos camisetas sin mangas ni gorras.
¿Qué debes visitar en Estambul?
Una visita obligada a la ciudad es el Grand Bazaar, uno de los destinos de compras más importantes del mundo, considerado el mercado cubierto más grande del mundo.
Son en total 64 calles y carriles más pequeños que albergan alrededor de 4 mil tiendas, así como oficina de correos, restaurantes, bancos, estación de policía y su propia mezquita.
Más allá de los clásicos recuerdos, hay mucho por descubrir en este lugar, como artesanías, lámparas y linternas, cerámica, orfebrería, accesorios y mucho textil, desde ropa hasta sus famosas alfombras tejidas a mano. Como en todo, hay de diferentes precios y calidades.
También están a la venta los narguiles turcos (pipas de agua), hechos para fumar tabaco con sabor a frutas, que son de los artículos más vendidos en el lugar. Fumar narguile es una gran parte de la cultura del café en Turquía y se remonta a la era otomana. Se pueden encontrar versiones modernas y tradicionales.
Es sorprenderse que los vendedores hablan muchos idiomas, en cuanto detectan de donde es el turista, se comunican con ellos y les ofrecen sus productos.
Santa Sofía, lugar sagrado
Santa Sofía no sólo es uno de los lugares más importantes que ver en Estambul sino también una de las maravillas del mundo. Se trata de una impresionante mezquita construida entre los años 532 y 537 y es una de las obras maestras del arte bizantino.
Está localizada en el punto más alto de la ciudad. Sus cuatro minaretes y su cúpula de más de 30 metros de diámetro son la imagen más característica de esta bella metrópolis turca.
En el interior, lo primero que destaca es su sala principal, que mide 70 por 74 metros. La iluminación es difusa y las columnas monolíticas sorprenden a los millones de visitantes que acuden año con año.
Pocas construcciones en el mundo han cumplido tantas funciones. Esta edificación ha sido museo, catedral bizantina y catedral católica.
Apenas el 10 de julio del año pasado, el Consejo de Estado aprobó la decisión de reconvertir Ayasofya (como también se le nombra) en mezquita nuevamente, pero seguiría abierta al público en horarios fuera de los rezos musulmanes, respetando todos los iconos cristianos existentes en el templo, aunque serán tapados por cortinas durante los rezos.
Otra visita imperdible es la Mezquita Azul. Su nombre en turco es Sultanahmed Camii o Mezquita del Sultán Ahmed, ya que fue construida por el sultán Ahmed I entre 1609 y 1616.
La cúpula central tiene 23 metros de diámetro y 43 metros de altura. Al entrar se entiende por qué de su nombre: hay más de 20 mil azulejos de color azul, los cuales adornan la cúpula y la parte superior de la mezquita.