Se conoce como charcutería al arte de la preservación de las carnes. Los romanos fueron de los primeros en utilizar esta técnica, la cual permitió su supervivencia cuando escaseaba la comida, por lo que se convirtió en algo esencial.
El perfeccionamiento llegó gracias al ingenio de los carniceros franceses quienes creían que no se debía desperdiciar ninguna parte del animal. De hecho, esta palabra proviene del vocablo francés «Charcuterie».
Al principio, se utilizaban técnicas rudimentarias, pero se descubrió que por medio de deshidratar, salar, endulzar y encurtir la carne tenía una vida útil por más tiempo, a pesar de las condiciones extremas.
La charcutería de Argentina
De herencia europea, la charcutería argentina se caracteriza por la producción artesanal de sus embutidos la cual adquiere sabores y texturas peculiares, porque es el reflejo de las diversas culturas de la Patagonia.
En Patagonia Parrilla de Campo se rinde culto a los sabores a través de estos productos, los cuales son básicos para celebrar entre amigos; para “las juntadas”, como se le dice a las reuniones en el sur del continente, así como para compartir y disfrutar de los grandes momentos.
La charcutería argentina se caracteriza por sus recetas de autor. Por ejemplo, la carne de puerco se combina con la de vaca, ya que en Argentina se tiene una gran cultura gastronómica alrededor de este animal. El resultado son chorizos con sabores muy genuinos, al igual que las morcillas, salchichas de sangre cocida con especias y condimentos.
Lo mejor de la charcutería
Los embutidos madurados como el salame y las bondiolas conservan los sabores de Jesús María, una ciudad del centro-norte de la provincia de Córdoba, sitio de gran importancia internacional por su Festival de Doma y Folklore; lugar que ha inspirado al Chef Francisco del Piero, quien está al frente de la cocina de Patagonia Parrilla de Campo, quien supervisa el perfecto proceso de maduración de los embutidos.
La bondiola, o capocollo en italiano, se puede encontrar en algunos platillos como los espárragos al vermut. Este embutido junto al salame se maduran en refrigeradores especiales con temperatura y humedad controladas, para que la carne se fermente con un cultivo de hongos para que surjan los sabores típicos argentinos.
Los chorizos se sirven a la parrilla, junto con las morcillas y pueden ir acompañados de ensaladas como la de frutos rojos con betabel huevo y aroma de trufa o el chorizo glorificado con ensalada.
La oferta de charcutería en Patagonia se puede disfrutar en las típicas “picadas” para compartir, complementadas con quesos y aceitunas, ideales para disfrutar por las tardes acompañadas de vermut, o bien para ver finales de futbol o celebrar con amigos.
La bondiola se recomienda como finger food, sobre un pan con algo de salsa de tomate y aceite de oliva que resalte la maduración por 40 días de esta exquisita carne.
Patagonia ofrece un menú argentino, genuino y honesto, con los sabores que rememoran los barrios de Buenos Aires, las tardes de asado y el sabor de los mejores vinos de la zona, listos para formar parte de cualquier momento con amigos o familiares.