Al pensar en el periodista y corresponsal de guerra Alberto Peláez, de inmediato llega a mi mente la figura de un hombre serio, contundente, preparado y listo para contar los detalles principales de algún suceso y si de cobertura de guerras se trata, pocos como él.
Después de 39 años de ejercer su profesión, tuve la oportunidad de conocer al ser humano detrás de una cámara y un micrófono; descubrí un gran conversador, un hombre que ama ser congruente y honesto, que aún tiene mucho por hacer, que es agradecido y que ama profundamente a su familia.
A Alberto Peláez le gusta compartir sus experiencias y el próximo sábado 20 de noviembre, de 11:00 a 14:00 horas, ofrecerá una Conferencia magistral de periodismo, donde hablará sobre la forma en la que se hacían las cosas hace 40 años y la manera en la que actualmente se llevan a cabo. La plática se llevará a cabo en el Teatro Centenario Coyoacán; antes de iniciar esta charla, quiso agradecer a Kidz Talent, a Antonio Rangel y a Susana Tejeira por ser los grandes creadores del evento. Si quieres asistir a la conferencia, aquí puedes comprar tus accesos.
Mientras llega la fecha, te compartimos 12 datos que no sabías de este gran periodista.
Sobre Alberto Peláez
1
Supo que sería periodista siendo un niño. Recuerda que a los 6 años de edad le preguntó a su padre, Joaquín Peláez, qué hacía, porque siempre lo veía con un micrófono y una cámara. Él le respondió: «Yo cuento cuentos, pero cuentos que son reales».
Alberto cuenta: «Aquello me marcó mucho y dije: pues yo quiero ser como él. Yo no sabía que eso era periodismo y en ese momento me hice periodista siendo un niño pequeño».
2
Los juegos de su infancia fueron los de cualquier niño de los años 70. «Jugaba mucho en la calle con los amigos, era una España muy tranquila. Además, hacía mucho ejercicio: me gustaba correr y montar en bici. Tuve una infancia muy bonita la verdad».
3
Su juego favorito de la infancia eran los partidos de futbol. Recuerda que los viernes al salir del colegio que, por cierto, estaba al frente de su casa y sólo tenía que atravesar la calle para llegar, organizaban partidos con sus amigos.
«Nos quedábamos jugando en la calle hasta las 11 de la noche. También jugábamos a las escondidas, con las canicas, juegos de niños de toda la vida, los recuerdo con muy buen sabor con mis amigos y hermanos».
4
Al hablar de su familia su voz se torna cálida, los recuerdos inundan gratamente su corazón.
«Fuimos una familia muy feliz a pesar de ser de clase media. Recuerdo mi infancia de manera grata. No era travieso, era un niño normal. Muy activo, hacía muchas cosas, me gustaba divertirme y pasarla bien. Era buen estudiante, menos en matemáticas y física, pero en las asignaturas que tenía que ver con humanidades sí sacaba muy buenas notas. Tenía sobre excelente, me gustaba mucho».
5
Su héroe de la infancia fue Diego Valor, un personaje creado por su padre. «Mi padre fue actor de doblaje y había un personaje para la radio que se llamaba Diego Valor. No llegué a conocerle, porque era de los años 50, pero mi padre hablaba tanto de él que para mí era un referente. Diego Valor conquistaba el espacio».
En su carrera periodística ha cubierto como corresponsal 20 guerras y asegura que le teme a varias cosas.
7
Su gusto culposo aparece cuando se trata de comida. «Me sucede con la tortilla de patatas española, que es deliciosa. Me vuelve loco» y aunque lo suyo no es cocinar, dice que se esfuerza en hacerlo.
8
Tiene metas por cumplir. «Tengo muchas cosas por hacer, muchas entrevistas, No quiero que se me escapen los grandes líderes políticos y sociales del mundo, quiero que pasen por mi micrófono. Una meta fundamental es ver a mis hijos desarrollarse».
9
Alberto Peláez es un hombre disciplinado y congruente. Está de acuerdo que mente sana en cuerpo sano.
«Corro mucho y hago medios maratones. También practico spinning, yoga bikram y no pierdo un día de hacer deporte. Es muy importante tener un equilibrio entre el cuerpo y la mente. Las endorfinas que generas al ejercitarte te dan la posibilidad de estar equilibrado durante todo el día y si a eso le sumas el interés por saber cosas, puede hacer de ti una persona muy completa».
10
Sus maestros en su vida personal son sus padres: Joaquín Peláez y María Rosa. En lo profesional, también su padre y el periodista Jacobo Zabludowsky. «Sin la figura de ellos, no sería la persona que la gente conoce».
Por cierto, ninguno de sus dos hijos siguieron sus pasos. Constanza y Joaquín son actores.