Hay personas que cuando viajan, buscan mucho más que un hotel. Quieren un espacio cómodo y acogedor donde se combine arte, lujo y gran diseño.
Si perteneces a este grupo de viajeros pickys, puedes visitar algunas de los tres hoteles boutique de Pug Seal: dos en la Ciudad de México y una más en Oaxaca.
Cada una de estas propiedades tiene espacios únicos y atención personalizada, que se han convertido en referente del lujo, arte, diseño e interiorismo.
Una de las características principales de la firma, es que el concepto se ofrece en toda una propiedad y no sólo dentro de las habitaciones. Además, las casas se encuentran restringidas al público en general, para que únicamente los huéspedes y sus invitados tengan acceso, generando una experiencia de exclusividad y privacidad.
El lujo, historia y arte se hacen presentes en la exquisita selección de diseño e interiorismo que resguardan la estética y delicadeza de los tres hoteles icónicos en el corazón de Polanco en la Ciudad de México y el recién estrenado en Oaxaca capital.
Hoteles excepciones
1. Édgar Allan Poe. Inspiración Quetzalcóatl
La esencia de este espacio se inspira en el nacimiento, aprendizaje y transición de Quetzalcóatl, así como su unión con la Madre Tierra y el Universo, en un ambiente holístico, rodeado de la escena de cultural y culinaria de la capital mexicana.
El hotel sólo tiene 20 habitaciones. El interiorismo corrió a cargo de la firma Rococo. El jardín principal es un escape a la naturaleza que, junto con el área de masajes y las terrazas del hotel, generan una experiencia única de viaje.
Todos los detalles de la casa tienen un orden: el papel tapiz de la entrada que da la bienvenida, representa el nacimiento del quetzal; la celosía que une la casa desde el jardín es la columna vertebral de la serpiente emplumada; y finalmente en el vestíbulo existe un mándala de luz que representa el corazón del Quetzalcóatl, siendo este el alma de la casa.
2. Anatole France. Mansión Ecléctica
Pug Seal Lineage es una casona que data de los años cuarenta que conserva anacronismos que celebran largos viajes intergeneracionales: El Linaje. Tiene apenas 26 habitaciones.
Sus espacios y muros proyectan la influencia de la cultura europea que ha tenido México desde la llegada de los españoles. Del Virreinato al México contemporáneo, cada detalle rinde homenaje a las generaciones que han dado testimonio del encuentro de ambas culturas.
Cada detalle fue pensando para ofrecer una experiencia única. El interiorismo estuvo a cargo del reconocido Dirk Jan Kinet y en la mansión se pueden observar tintes de Art Deco, Art Nouveau y acentos Pop.
Explorar la mansión es viajar por el tiempo. Los cromatismos de los muros, prósperos y opulentos evocan a una época desconocida mientras la resonancia del piano de la recepción transporta al Boston de principios del XIX.
3. Oaxaca. Sueño Zapoteco
La casa tiene como misión transmitir los valores y la cultura zapoteca. Con un espíritu vibrante y ubicado en el centro de Oaxaca, el hotel se rodea de la escena artística y gastronómica de la ciudad, con galerías y museos mientras que le rinde homenaje al arte mexicano y a la historia de la cultura de la zona, así como restaurantes de gran tradición culinaria.
El diseño de interiores es excepcional, el cual estuvo a cargo del despacho Passus Atelier; los artistas que intervinieron los espacios son Sabino Guisu, Manuel Lozano y Rafael Uriegas.
A través de sus 20 habitaciones se cuenta la historia de la cultura zapoteca y mixteca, generando un acercamiento a la época prehispánica en la que destaca la presencia de terciopelos, mobiliario contemporáneo y toques vanguardistas.
Son espacios llenos de color y creatividad, que brindan la calidez de un hogar mexicano con un sentimiento de privacidad y exclusividad, pero con servicios de hotel boutique de lujo.