Cuando la minifalda apareció en el mundo de la moda a finales de los años 60 de la mano de Twiggy, la famosa modelo que impuso esta prenda como una pieza fundamental de la moda, llevándola a ser todo un icono de una época, seguro es que en ningún momento se imaginó que el mundo literalmente se detendría a causa de una pandemia sanitaria como el coronavirus, ya que no solamente se han visto afectadas actividades económicas, sociales y culturales en todas partes del planeta, sino que además se le ha dado más valor al trabajo de médicos, enfermeras, laboratoristas, farmacéuticas y prácticamente todo el sector salud de cada país.
Asimismo, esta pandemia ha afectado al sector de la moda, en las bajas en ventas que han llevado a estrellas Victoria Beckham a cerrar durante meses su tienda de Londres y según el Daily Mail, a tener en 2019 pérdidas de casi 14 millones de euros.
De igual forma, en cuanto al consumidor, el coronavirus ha afectado la manera de asumir aspectos cotidianos como la vestimenta. De hecho la minifalda ya estaba en un rincón casi olvidado tanto de las preferencias de la gente como de la creatividad de los diseñadores.
Esta prenda de vestir particularmente no se encontraba en tendencia, ni estaba de moda, ni nadie la recordaba cuando inició la pandemia del coronavirus. Sin embargo, de manera sorprendente, ha comenzado su resurgimiento siendo una elección que va en aumento en las compras en línea. Como todo en esta industria, si hay demanda, hay oferta.
De acuerdo con información recopilada por Lyst, una plataforma en la que se reúnen miles de tiendas de todo el mundo y desarrolla investigaciones sobre moda y su consumo, por medio del comportamiento de sus usuarios, la popularidad de esta prenda de vestir, ha aumentado 29%, mientras que las búsquedas de minivestidos han aumentado más de 44%, e incluso casi se llega a 50% de crecimiento en términos como “minifalda vaquera”.
El editor de moda y periodista especializado, Gianfranco Berardinelli, consideró que el haber estado encerrados durante el verano pasado, ha sido una fuerte influencia en las decisiones de compra para disfrutar estos meses.
“Definitivamente que hayamos estado un verano encerrados, sin poder exhibirnos en el mejor sentido, sin ir a la playa, a la piscina, a tantos lugares para disfrutar del aire libre hace que la gente retome piezas que si bien no eran una gran tendencia funcionan para expresarnos, y es cuando se convierten en best sellers”.
Es así que para el experto, la minifalda es uno de los accesorios que va más allá de las tendencias y de las propuestas de moda, pues en este caso se traduce en un escape.
Por su parte, Daniela Kammoun, directora de Project Glam y consultora de imagen indicó que “no solo es una respuesta de la gente, creo que también es una respuesta a la crisis de la industria. Hacer minifaldas es mucho más económico que hacer prendas más elaboradas y además puede aprovecharse mucho más el material. Sabemos que la industria de la moda fue de las más afectadas por la pandemia, con lo cual esto resulta una propuesta inteligente por parte de la industria, imponer la minifalda como tendencia”.
¿Cómo sumarme a la tendencia?
Es inevitable caer en la tentación de sumarse a las tendencias, más cuando representan algo más que simplemente un look, pero que sea tendencia no quiere decir que simplemente se compra la que esté de moda y ya nos quedará de perlas. No, no es tan simple.
Debemos tener en cuenta que cuando se habla de moda, se deben considerar algunos parámetros básicos y aunque el principal es usar lo que nos haga sentir cómodos y bien, también es conveniente tener algunas claves de estilo para marcar la diferencia.
¿Cómo escoger la minifalda perfecta?
En este sentido, según Berardinelli, algunas recomendaciones básicas para usar minifalda es que ésta sea de corte alto, en la cintura y además de una elección de calzado que vaya acorde con ella.
“Si se usan con snickers, es ideal que sean los llamados de caña media o mid rise, para darle proporción y elegancia al look. Si la preferencia es usarla con sandalias, son ideales las gladiadoras, que llegaron para quedarse; y si se usa con tacones, preferiblemente de tacón grueso y no muy altos”.
“Para lograr equilibrio, recomendaría usar mucho más holgado como top”, afirmó Berardinelli, con lo cual coincide Kammoun que agregó que, si el foco de atención con este look son las piernas, tratemos de usar en la parte de arriba algo menos llamativo.
No obstante, si bien la combinación siempre será un punto importante, Kammoun indicó que lo más importante para escoger una minifalda favorecedora es conocer cómo son tus piernas.
“Si tienes piernas delgadas podrás experimentar con distintos modelos de minifalda, inclusive ajustadas o de corte amplio en A. Si más bien tienes las piernas gruesas, es conveniente usar faldas rectas, no demasiado ajustadas. Si las piernas son cortas, se verán mucho mejor las faldas a la cintura, mientras que si son largas, puedes llevarlas a la cadera”.
Mi edad ¿un impedimento para usar minifalda?
Con relación al límite de edad, la experta confesó que estos suelen ser planteamientos muy polémicos porque son relativos. “Las reglas establecidas de estilo señalan que después de cierta edad, la minifalda no es una prenda recomendable. Sin embargo, tres centímetros por encima de la rodilla se considera una falda corta y podría adaptarse al estilo de cualquier mujer. Otro punto importante es la ocasión del vestir. Si voy a reunirme con una amiga la falda corta irá muy bien, pero si voy a un compromiso social que requiere mayor formalidad, una minifalda no será la opción más adecuada si queremos lucir acordes y elegantes”.
Con información de Adriana Terán.